Gracias a los viajes de Michel (su cuenta en Avios, puntos Iberia, no tiene nada que envidiar a la de puntos American Airlines de George Clooney en “Up in the air”), las Navidades pasadas nos plantamos en Lanzarote, una isla baby friendly con muchísimo atractivo.
Todo son ventajas a la hora de viajar a Lanzarote con niños: la isla lunar de las Canarias (una cuarta parte está cubierta por lava) tiene poco más de 800 km2 de superficie, lo que permite recorrerla de punta a punta en menos de una hora; cuenta con muchos establecimientos family welcome y playas de arena blanca nada masificadas; ofrece muchos planes y excursiones para los más pequeños y su clima es una gozada (la temperatura media en invierno es de 19ºC y en verano, de 23ºC).
Después de dos horas y media de vuelo, en las que Martina se comportó mejor que un adulto (gracias al Ipad y a los cuentos), alquilamos un coche en el aeropuerto y en ocho minutos ya estábamos en nuestros apartamentos: Las Gaviotas. Son bungalows muy cómodos (con cocina), con varias piscinas (una de ellas climatizada), situados a dos minutos de la playa. Solo le vimos un punto negativo: la incomodidad de depender de una caldera para el agua caliente. Para los que esto sea un problema, en esa misma zona vimos un hotel de cuatro estrellas con muy buena pinta: Hotel Los Jameos Playa.
Para alojaros os recomiendo el municipio de Yaiza (Playa Blanca) o el de Tías (Puerto del Carmen), al sur y sudeste de la isla, respectivamente, ya que ambos son los centros turísticos de Lanzarote. Nosotros elegimos el segundo. Aunque “centro turístico” os pueda sonar a masificación nosotros fuimos a finales de diciembre (temporada alta) y no tuvimos esa sensación en absoluto.
Allí compramos un bono que incluía la entrada a seis centros (Cueva de los Verdes, Castillo de San José, Jardín de Cactus, Jameos del Agua, Mirador del Río y Timanfaya) por 30 euros cada uno. Los niños solo pagan a partir de 7 años (15 euros). Para visitar tanto la Fundación César Manrique (Tahíche) como la Casa-Museo César Manrique (Haría) también se puede comprar un bono en cualquiera de las taquillas y te ahorras 3 euros por persona.
Cargados de recomendaciones de amigos, exploramos la isla durante seis días en los que pudimos comprobar que Lanzarote tiene muchísimo que ver. Ahí van algunas ideas:
1º día: Jameos del Agua + Cuevas de los Verdes
Los Jameos del Agua se encuentran en el interior de un túnel volcánico producido por la erupción del Volcán de la Corona. En su interior hay una pequeña laguna natural donde la gente se queda embobada mirando unos cangrejos minúsculos, ciegos y albinos conocidos como “jameitos”. A través de una pasarela se cruza este lago y se accede al “Jameo Grande” que, entre otros encantos, alberga un espectacular auditorio. Se puede llevar carrito y hay un restaurante precioso con vistas a la laguna; eso sí, los baños son enanos. La visita dura sobre una hora.
Las Cuevas de los Verdes es uno de los lugares que más me han impresionado en este viaje. De los seis kilómetros que forman este túnel volcánico, también resultado de la actividad eruptiva del Volcán de la Corona, en la visita guiada solo te enseñan uno, aunque es suficiente para quedarte con la boca abierta. Justo antes de acabar la visita la guía te sorprende con un juego de perspectivas que no os voy a desvelar. La sala de conciertos habilitada en el nivel más inferior no tiene desperdicio. Aquí no se permiten carritos y la visita también dura una hora, aproximadamente.
2º día: Fundación César Manrique + Jardín de Cactus
Hablar de Lanzarote es hablar de César Manrique. Este arrecifeño es el responsable de lugares como los Jameos del Agua, el Mirador del Río o el Jardín de Cactus, pero también de otras obras fuera de Lanzarote (en Madrid, por ejemplo, se encargó del diseño del centro comercial Madrid 2-La Vaguada).
La Fundación César Manrique es una casa espectacular construida como una cueva volcánica en la que el artista vivió durante más de 20 años. Lo que más nos sorprendió fue lo moderna que era para la época (décadas de los 70 y 80), pero ya nos explicó la guía que la construyó justo después de haber vivido dos años en Nueva York, así que en muchas habitaciones se nota la influencia del pop art norteamericano. También se exhiben algunas de sus obras, junto a otras de Picasso, Miró o Tàpies.
Para comer ese día os recomiendo Lagomar, en Teguise (antigua capital de Lanzarote). Además de comer genial (imprescindible pedir las típicas papas arrugadas con su mojo picón), luego podréis subir a la que fue durante un día la residencia del actor Omar Sharif (por lo visto la perdió jugando al bridge), una casa construida dentro de roca volcánica rodeada de cuevas, túneles, pasadizos y vegetación, también obra de Manrique.
Por la tarde, daos un paseo por el Jardín de Cactus (cierra a las 17.45) y echad un vistazo a los más de 7.200 ejemplares que se exponen. Los que más me impresionaron fueron unos gigantescos árboles de cactus originarios de Sudáfrica.
3ª día: Punta Papagayo + Playa Blanca + La Geria
En el sur se encuentra Punta Papagayo, adonde podéis acercaros en coche (3 euros) para disfrutar de sus playas. Nosotros estuvimos en Playa Mujeres, una cala de arena finita donde Martina se lo pasó en grande.
Muy cerquita de aquí está Playa Blanca, donde además del parque acuático Dino Park, se puede dar una vuelta por su paseo marítimo. Es muy agradable. Aquí aproveché para comprar algunos perfumes (en Canarias el IVA es el 7%).
Para finalizar el día, podéis ir a la zona de La Geria, una de las tres áreas vitícolas de la isla. Es un paisaje espectacular: vides plantadas en tierra de cenizas volcánicas (los viticultores excavan hoyos en la capa de picón para poder acceder a la tierra vegetal y luego protegen las vides del viento con unos muretes de piedra en forma de media luna). Nosotros paramos en las Bodegas Rubicón para comprar su vino estrella: un Moscatel de 2012 que está delicioso (si te gustan los vinos dulces, claro). En Lanzarote lo suyo es tomar vino blanco (de variedades como la Malvasía, Moscatel o Diego).
4º día: Los Hervideros + Parque Nacional de Timanfaya
Nosotros no tuvimos tiempo de ver Los Hervideros pero, por lo visto, son preciosos. Se trata de un tramo de costa acantilada con un montón de pequeñas cuevas y bufaderos formados a raíz de las erupciones volcánicas del siglo XVIII. Justo al lado de Los Hervideros está el Lago Verde, también muy recomendable.
La mejor hora para visitar el Timanfaya y evitar las colas es justo después de comer, entre 15.00 y 16.00. Es una visita muy cómoda para ir con niños porque nada más aparcar el coche al lado de los miradores, ya puedes subirte a los autobuses que hacen el recorrido por el parque (unos 40 minutos). Nosotros no nos montamos en dromedario porque Martina es demasiado pequeña, pero sí que presenciamos las exhibiciones de los guías (derraman agua sobre la tierra y esta escupe una mezcla de humo y fuego). Otra opción es ir a comer al Diablo, un restaurante del complejo que tiene una gran parrilla donde se asan carnes y pescados aprovechando únicamente el calor que desprende la tierra.
5º día: Excursión a Isla Graciosa
Desde el norte, concretamente en Órzola, salen los barcos hacia Isla Graciosa (forma parte del Archipiélago Chinijo, la mayor reserva marina de Europa), una isla de poquísimos habitantes y bonitas playas cuyas calles a mí me recordaron un poco a Marruecos (la mayoría están sin asfaltar). La isla en sí no tiene nada especial, pero el viaje en barco es de lo más entretenido (a nosotros nos pilló el mar movidito y Martina disfrutó como una enana).
6º día: Casa-Museo César Manrique + Mirador del Río + Playa de Famara
En Haría, al noroeste de la isla, se levanta la Casa-Museo César Manrique, que abrió sus puertas en agosto de 2013. La que fuera la última residencia del artista muestra más de 1.500 objetos de su vida, incluyendo su propio taller de trabajo. A nosotros nos encantó porque se muestra tal y como la dejó en el momento de su muerte (uno de los guías nos explicó que Manrique murió en 1992 al saltarse un ceda el paso a pocos kilómetros de esta casa). Cada 20 minutos dejan pasar a grupos de 20 personas, pero aún así no tuvimos que esperar cola. Se admiten carritos y la visita dura una hora, aproximadamente.
Nosotros la visitamos un sábado, así que luego pudimos disfrutar del mercadillo de Haría (cierra a las 14.00). Aquí comimos en un restaurante muy recomendable: La Frontera. Son especialistas en carnes a la brasa y tienen unas vistas increíbles, además de ludoteca.
Muy cerquita de aquí, se alza el Mirador del Río, situado en lo alto del Risco de Famara, a 474 metros de altitud. Merece la pena tomarse un café mientras se contempla la isla a través de los ventanales del mirador, pero no subáis si el día amanece nublado porque no veréis nada. Para acabar el día, os podéis relajar en la Playa de Famara, muy concurrida por surfistas debido a su mar bravo.
Un par de tardes nos dejamos caer por el centro comercial Deiland, entre Puerto del Carmen y Arrecife, para que Martina pudiera disfrutar de un parque de bolas donde la trataron como a una reina.
Para nuestro próximo periplo por Lanzarote guardamos las visitas a Los Hervidores, la Casa de José Saramago, los parques temáticos Rancho Texas Park y Guinate Tropical Park, el Museo de Cetáceos de Canarias y el Aquarium.
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29/01/14
¡¡¡Es la única isla que me falta por visitar!!! Ya me habían comentado, gente de aquí, que para ir con niños es genial. Ya sé qué le voy a regalar a mi marinovio en su cumpleaños
29/01/14
Hombre, pues si le regalas eso a tu marinovio se va a poner como loco. ¡Y tú más! Yo solo conozco Lanzarote, Tenerife y Fuerteventura y para mí la primera es la más bonita. Eso sí, tengo muuuuchas ganas de conocer La Palma, que también dicen que es preciosa. ¡Ya nos contarás cómo se toma tu regalo!
29/01/14
Yo he estado varias veces en Lanzarote, de niña con mis padres y hermanos, y con mi marido he ido dos veces… Es una isla fantástica (me encanta Timanfaya y playa Papagayo)y seguro que algún día nos animaremos con los peques, aunque estamos en modo ahorro en este momento. Con niño estuvimos en Fuerteventura y nos encantó pero no es el mejor destino para peques, acceder a algunas playas es difícil y el viento tan fuerte es molesto para los peques, de hecho, allí fue la primera vez que Alfonso se puso enfermo… Viajar con niños requiere cierta logística pero es una gozada cambiar de aires!
29/01/14
En Fuerteventura estuvimos cuando Martina tenía 13 meses y nos gustó, aunque tiene muy poquitas cosas que ver (no como Lanzarote, donde una semana se te queda corta) y, como tú dices, el viento era terrible. Nosotros, por el momento, solo tenemos a Martina, así que sobre lo de viajar con dos o más no puedo opinar, pero yo sigo pensando que si los guiris lo hacen (no paro de verlos, siempre a cuestas con sus camadas), nosotros, también ¿no? Eso sí, con organización porque la logística es diferente, pero poder se puede. Por cierto, acabo de ver tu blog. ¡¡Muy chulo!!
30/01/14
Yo tengo recuerdos muy emotivos de Lanzarote, porque allí me enteré que estaba embarazada. Es una isla especial, con una belleza única, de la que se debe disfrutar sorbo a sorbo. Sin duda, entrará en nuestra lista de destinos para viajar con Olivia, para cuando se entere de que allí nos enteramos de que venía de camino!!!
Besos
PD. Preciosas las fotos, sobre todo la primera y la del bañador retro, qué mona!
30/01/14
Anda, ¡no lo sabía! No me extraña que tengas tan buen recuerdo, entonces. Pues sí, a nosotros nos ha encantado, así que cuando decidáis ir con Olivia, te paso todas las cositas que tienes que ver; ya sabes que yo lo guardo todo… Y que conste que el restaurante Lagomar (¡nos encantó!) nos lo recomendó tu señor marío.
30/01/14
Lanzarote, ¡qué gran destino! Yo, que soy Tinerfeña, he estado en Lanzarote varias veces y es mi isla canaria preferida. Mira que Tenerife me tira mucho por muchas razones, pero indiscutiblemente Lanzarote no tiene ni un metro de desperdicio. No he tenido la suerte de poder visitarla con mis niñas todavía, pero es un destino asegurado para algunas de nuestras vacaciones en familia.
Besos.
02/02/14
Anda, ¡no sabía que eras tinerfeña! Pues nada, nada, cuando te animes a ir con las niñas, me dices que te recomiendo cositas… ¡Un beso, Arantxa!
03/04/15
Graciassss!!!! Soy de Lanzarote y tengo un niño d 3 años y t doy gracias x reflejar nuestra isla d esa forma tan bonita. Dire k hay miles d sitios x descubrir,que les haría falta vivir aquí para tener tiempo para descubrirlos .yo organizo todos los fines d semana excursiones con mi niño y cada día le descubro un rincón nuevo. Para mi no hay nada como Lanzarote (sobretodo para los peques).