Cuatro meses, cuatro meses, cuatro meses… eso es lo que nos queda para ¡irnos de vacaciones! Pues sí, soy así, soy un ser vacacionero por definición, y lo mejor de todo es que Darío ha salido como yo. ¿Qué tiene su parte mala? ¡Pues claro! El periodo entre vacaciones, pero es que es llegar el verano (que esas son las buenas) y nos cambia el humor. Este año, además, hemos sido previsores y tenemos TODO TODITO organizado para coger un vuelo el 29 de julio ¡rumbo a Florencia! Lo que empezó como una charla de café con una de mis cuñadas se ha convertido en un viaje familiar de 3 parejas y 5 niños entre 2 y 7 años a la Toscana. Todavía guardo el recuerdo, como si fuera ayer (… y debe hacer 15 años) de mi primera y única vez en Toscana. Fui a un encuentro de mi asociación juvenil, a una villa reconvertida en centro de formación desde la que se divisaban campos de olivos y casitas de piedra. Eso, junto un paso fugaz por Pisa y un día pateándonos Florencia desde las 7 de
la mañana (única hora posible para conseguir entrar en la Galería Uffizi) es mi intenso recuerdo y este año volveré a vivirlo en familia… en concreto con 5 monigotes (un hijo y tres sobrinas) saltando alrededor, y con un “poquito” más de logística: vuelos, coches, alojamiento (super villa familiar a través de Airbnb… ahí va, para poneros los dientes largos) y por supuesto, un seguro y la Tarjeta Sanitaria Europea. Mi otra cuñada (que es la que pone cabeza y orden a nuestras vidas) fue lo primero que compartió por Whatsapp (“Ya nos hemos hecho la Tarjeta Sanitaria Europea”) … en el mes de enero… y yo, hasta hoy no he encontrado el momento de renovar la nuestra. Hace un par de años nos fuimos de vacaciones a Portugal, en realidad, Galicia y Portugal han sido nuestros destinos prioritarios en los primeros años de vida de Darío, porque quedan a tiro de piedra de mi pueblo (Bragança está sólo a 40 kilómetros de Puebla de Sanabria) y esto me ha ayudado a compaginar viajes cómodos con salir de España, que no es obligación, pero oye, ya lo he dicho, soy un ser vacacionero y además internacional (siempre que puedo). Para nosotros ir a Portugal, teniéndolo tan cerca de toda la vida, era como ir a Galicia, pero con ese extra de seguridad y organización al que te obligan los niños, ese chip que se inserta en tu cabeza con la salida de la placenta, recordé que para moverme por Europa, y aunque tenemos muchos derechos garantizados (aviso a navegantes, para los que no quieran seguir leyendo, porque he sido, soy, y seré proeuropeista de corazón), a veces hay que hacer alguna que otra gestión, y una de ellas es, antes de viajar, solicitar la Tarjeta que garantiza atención médica, si fuese necesario, en los países de la Unión
Darío se puso malo en nuestro viaje a Oporto
En realidad, tengo que decir, que lo hice por comodidad, ya que tenía esa sensación de cercanía del tipo “si nos pasa algo, tardamos
media hora en cruzar a España”, pero como se hacía por internet (sin necesidad de firma digital), la pude pedir para los tres (incluido el peque) y me la mandaban a casa, pues ¿por qué no? En España tiene una validez de dos años, y pensé que también me podía valer para un posible viaje futuro. ¿Qué queréis? Yo siempre albergo esa ilusión, que me toca un viaje de hoy para mañana y tengo que hacer las maletas en 24 horas (de verdad que lo pienso). La “gracia” fue, que aunque finalmente no usamos la tarjeta, a puntito estuvimos de tener que hacerlo, porque en aquella ocasión (viaje de 2013 a Oporto), Darío tuvo una diarrea, el pobre, que le duró días, y en un momento dado, y precisamente por saber que llevábamos una buena cobertura, pues pensamos acercarnos a un pediatra. Finalmente, el día que íbamos a buscar el centro de salud más cercano empezó a remontar (y como esto de la diarrea infantil es ajo y agua… o mejor dicho, arroz y agua) y finalmente lo dejamos. Así que aquí estoy, frente el ordenador, dispuesta a renovar mi tarjeta y me encuentro con que, ahora, además hay una app para Android, iOS y Windows phone: con pautas sobre cómo utilizarla en los 28 estados miembro de la UE más Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza; números de teléfono de emergencia e información sobre lo que cubre en cada país ¡en 25 idiomas! Si vais a viajar por Europa no olvidéis solicitarla. Nunca os va a sobrar, y quién sabe si os puede hacer falta (oye, que no tiene que ser nada grave… una diarrea y te joroba las vacaciones). Por si os perdéis en el maremágnum de la Sede Electrónica de la Seguridad Social os pongo el link directo al formulario de solicitud.
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23/03/16
Imprescindible la Tarjeta Sanitaria Europea, aunque he podido comprobar que hay mucha gente que lo desconoce.